Uno de los aprendizajes más valiosos para los papás primerizos es el de cambiar el pañal a vuestros bebés, sobre todo porque lo vais a tener que hacer muchísimas veces. Aunque estamos seguros de que cogeréis experiencia muy rápido, siempre es interesante apoyarse en la teoría. Apuntad, así se cambia el pañal del bebé.
Lo primero que debéis saber es que no es un asunto complicado, pero sí requiere algo de técnica y, sobre todo, de tener precauciones para garantizarle a vuestro niño o niña la máxima comodidad. Hemos dividido el proceso en cuatro sencillos pasos.
Busca el lugar adecuado y ten todo lo necesario a mano
Es cierto que vais a tener que cambiar pañales en distintos lugares y en circunstancias variadas, pero cuando lo hagáis en casa, estableced un lugar específico para esta acción. En su habitación, la vuestra o en el baño podéis situar un mueble cambiador, elevado a la altura de vuestras manos. Fuera de casa, buscad un sitio estable donde poder desplegar el cambiador portátil y colocar al bebé encima. Tened a mano una pañalera llena de pañales y tan práctica como la que encontrarás en La Maleta del Bebé, toallas húmedas y secas, así como una crema protectora. La pañalera podéis tenerla en casa, pero también es de gran utilidad llevándola en la mochila del carrito.
Retira el pañal manchado
Coloca a tu bebé boca arriba en el cambiador, desabrocha el body o quítale los leotardos y despega los adhesivos del pañal. Agarrando suavemente al bebé de los tobillos levántale para que su culito quede suspendido. Retira el pañal manchado desplazándolo y deshazte de él. Si el bebé se ha hecho caca, para evitar que el culo, que probablemente estará manchado, toque el cambiador puedes apoyarlo momentáneamente sobre el pañal doblado. Es importantísimo limpiar la zona con toallas húmedas especiales para este fin, siempre de delante hacia atrás para que la suciedad no esté en contacto con los genitales.
Aplica crema
Consulta con el pediatra cuál es la crema protectora más adecuada para el bebé y aplícala en su culete cuando este ya esté completamente limpio y seco. Normalmente, su función es la de aislar su delicada piel de la humedad para que no se irrite.
Coloca el pañal limpio
¡Ya casi estamos acabando! Levanta las extremidades y culo del bebé de nuevo y pon el pañal limpio sobre el cambiador (la parte interna boca arriba). Los adhesivos del pañal deben quedar a la altura del ombligo. Al cerrarlo, comprueba que se mantiene ajustado, pero vigila que no apriete. Llegados a este punto, puedes volver a vestir al niño o niña, hasta el próximo cambio. Comprueba de vez en cuando el estado del pañal para que no pase demasiado tiempo con humedad en la zona.
¿Estáis preparados? ¡Seguro que en poco tiempo os hacéis grandes expertos en la materia!
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